¿Qué comporta una migración climática? Millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a las condiciones climáticas extremas, y han quedado expuestas y atrapadas en la incertidumbre y la agonía de sobrevivir día a día.
Los datos de la investigación sobre esta cuestión no son nada favorables. El Informe Global de Movilidad Interna muestra que las cifras de desplazamientos forzados por la crisis climática están aumentando de forma alarmante. En 2019, 24 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares debido a las condiciones climáticas extremas, lo que supone un aumento del 48% respecto a los 16,1 millones de 2018.
Es cierto que las investigaciones sobre la migración climática son todavía limitadas, ya que las causas de los movimientos de población no siempre están claras. Sin embargo, es imprescindible que este tema esté presente en la agenda de los responsables políticos de todo el mundo. Si tuviéramos que resumir 5 puntos clave sobre la migración climática que todos deberíamos tener en cuenta, serían los siguientes:
La intensificación de los fenómenos meteorológicos como las lluvias, las inundaciones y las sequías y los efectos del cambio climático, como la desertificación y el aumento del nivel del mar, pueden obligar a las personas que viven en zonas vulnerables a abandonar sus hogares. Cabe destacar que en 2019 la migración por motivos climáticos fue tres veces mayor que la migración debida a los conflictos y la violencia.
Son los habitantes de los países geográficamente más vulnerables, con ecosistemas frágiles y escasa adaptación a las emergencias, los que tendrán que decidir si abandonan su casa, a menudo sin recursos para hacerlo. Rajo, de Pakistán, se ha visto obligada a mudarse tres veces en pocos años:
Las cifras de personas que se desplazan actualmente o que se desplazarán en el futuro debido a factores medioambientales son solo estimaciones. Esto se debe a que, a menudo, entran en juego otros factores, como los conflictos y la inestabilidad política, y no hay cifras oficiales sobre las personas que se desplazan internamente, que es el fenómeno más común.
Los factores climáticos suponen una amenaza para la vida de las personas y, a menudo, la única forma de adaptarse a las nuevas condiciones es emigrar. La mayoría de las personas que se ven obligadas a emigrar viven en zonas vulnerables y se dedican a la pesca y la agricultura. Marta, de Mozambique se ha tenido que enfrentar a lo más duro, que ha sido perder a parte de su familia debido a los desastres climáticos.
Las personas desplazadas por el cambio climático no están consideradas como refugiados según el derecho internacional de los refugiados. En particular, la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, que prevé el reconocimiento del estatuto de refugiado para toda persona que se encuentre fuera de su país por temor a ser perseguida. Esto significa que no existe un marco de protección para estas personas.
Maleka tiene 16 años y lleva ya cuatro trabajando como empleada doméstica en Dhaka. Las inundaciones destruyeron la casa de su familia en la zona rural de Bangladesh cuatro veces en ocho años y tuvo que emigrar a la ciudad para ayudar a sufragar los gastos:
Los sueños, las vidas y los territorios parecen quedar a merced de la naturaleza, lo que hace imprescindible la movilización directa de todos contra la crisis climática, que es en definitiva una crisis humanitaria.