El cambio climático ha llegado para quedarse y empeorar y golpea a las mujeres de formas que no se han tenido en cuenta. Especialmente, a las cabezas de familia, que son económica y físicamente vulnerables tras una catástrofe natural. Los gobiernos deben planificar sus respuestas climáticas en torno a estas necesidades o se arriesgan a fracasar y abandonar a más de la mitad de sus poblaciones.
El New York Times presentó recientemente al primer “oficial del calor” de África. Una valiente mujer que se enfrenta al calor extremo y prolongado de Sierra Leona plantando un millón de árboles en Freetown. Se trata de un noble empeño, pero la política ignora las causas profundas del aumento de las temperaturas en Sierra Leona. Con el aumento del calor, también aumenta la vulnerabilidad al cambio climático de las mujeres de Sierra Leona.
Sierra Leona ha sufrido inundaciones y corrimientos de tierra recurrentes en los últimos años. El país sufrió una de sus peores tragedias en agosto de 2017. Entonces, unas lluvias torrenciales devastadoras provocaron inundaciones y corrimientos de tierra masivos. Estos afectaron a las comunidades de Mortormeh, Kamayama y Kaningo, en las afueras de Freetown. Muchos de los supervivientes, en su mayoría mujeres, lucharon para adaptarse y salir adelante tras las inundaciones. Lo que ha resultado evidente es que algunas mujeres supervivientes, en su mayoría de familias monoparentales, informaron de que seguían sin recibir ayuda económica para mantener sus medios de vida cuatro años después de la catástrofe.
Aunque la ayuda alimentaria y médica se proporcionó casi inmediatamente después de la catástrofe. Según un informe del Banco Mundial, “una intervención temprana y un apoyo psicosocial adecuado podrían ayudar a mitigar algunos de estos riesgos”.
Como activista y defensora que trabaja con mujeres en Sierra Leona, algunas de las pruebas sobre el terreno demostraron que las autoridades no prestaron apoyo a las víctimas a pesar de las advertencias de expertos, socios bilaterales y donantes. En su momento, estos aconsejaron la ayuda económica y el apoyo a corto plazo pues beneficiarían a víctimas y supervivientes. La discriminación por motivos de género está prohibida por todos los principales tratados internacionales de derechos humanos. La violencia de género y sexual sigue siendo un problema generalizado en Sierra Leona, que agrava aún más los problemas de discriminación y marginación de todas las mujeres. Según Concern Worldwide, el 61 % de las mujeres de Sierra Leona sufrirán violencia de género a lo largo de su vida y el 62 han declarado haber sufrido violencia en los últimos 12 meses.
En el momento de la catástrofe, el 27,4 % de las mujeres eran cabezas de familia. Muchas de ellas, analfabetas, viudas o abandonadas por sus parejas. Esto las expone aún más a ciclos de pobreza y otras vulnerabilidades, como la violencia y el abuso. En una sociedad fuertemente patriarcal, sin un hombre en la vida de estas mujeres, a menudo no tienen acceso a servicios y apoyo.
India está adoptando algunas medidas progresistas, estudiando de cerca los efectos del género y el cambio climático en los derechos socioeconómicos de las mujeres. Está poniendo en marcha políticas específicas sensibles al género a través de la aplicación de la legislación. Un ejemplo es que el gobierno está examinando factores estructurales clave, como las injusticias climáticas, los derechos sobre la tierra de las mujeres y el apoyo a las comunidades rurales afectadas por el cambio climático y las catástrofes medioambientales.
En comparación, muchos países, entre ellos Sierra Leona, van retrasados en la aplicación de medidas a largo plazo que contribuyan a mitigar el impacto de futuras catástrofes relacionadas con el cambio climático. El gobierno de Sierra Leona debería incorporar políticas sensibles a las cuestiones de género que traten de adoptar una planificación para la mitigación y la preparación ante los desastres.
Sin duda, los presupuestos se estiran en todas partes, y Sierra Leona es uno de los países más pobres del mundo. El anterior gobierno del Dr. Ernest Koroma estaba mal preparado para mitigar el desastre. Pero el gobierno actual, con sus socios internacionales, ha puesto en marcha acciones para reducir la vulnerabilidad al cambio climático. Lo que falta en estas políticas es prestar atención a las necesidades y vulnerabilidades específicas de las mujeres, ya que el cambio climático reconfigura todos los aspectos de la vida humana.
Activistas como yo estamos uniendo nuestras fuerzas para pedir a los gobiernos que redoblen sus esfuerzos para aplicar políticas que atiendan las cuestiones de género a la hora de responder a los efectos del cambio climático y las catástrofes medioambientales.